Aparentemente, de vez en cuando, los adultos se toman el tiempo de sentarse a contemplar el desastre de sus vidas.Entonces se lamentan sin comprender y, como moscas que se chocan una y otra vez contra el mismo cristal, se inquietan, sufren, se consumen, se afligen y se interrogan sobre el engranaje que los ha conducido allí donde no querían ir.Los más inteligentes llegan incluso a hacer de ello una religión: ¡ ah la despreciable banalidad de la existencia burguesa!
Hay cínicos de ésta índole que comparten mesa con papá:¿qué ha sido de nuestros sueños de juventud?, preguntan con aire desencantado y satisfecho."Se han desvanecido y que perra es la vida..."Odio ésta falsa lucidez de la edad madura.La verdad es que son como todos los demás:chiquillos que no entienden qué les ha ocurrido y que van de duros cuando en realidad tienen ganas de llorar.
Sin embargo el problema es fácil de entender.El problema está en que los hijos se creen lo que dicen los adultos y, una vez adultos, éstos se vengan engañando a sus propios hijos....la vida tiene un sentido que los adultos conocen, es la mentira universal que todos creen por obligación.Cuando una vez adulto uno comprende que no es cierto ya es demasiado tarde.El misterio permanece intacto, pero hace tiempo que se ha malgastado en actividades estúpidas toda la energía disponible.Ya no le queda a uno más que anestesiarse como puede tratando de enmascarar el hecho de que no le encuentra ningún sentido a su vida y engaña a sus propios hijos para tratar de convencerse a sí mismo.
Toda una vida dedicada a preguntarse con insistencia porqué tales esperanzas han dado como frutos una existencia tan vana.La gente cree ansiar y perseguir estrellas, pero termina como peces de colores en una pecera.
escrit per: escupealasbanderas
martes, 19 de enero de 2010
domingo, 17 de enero de 2010
viernes, 15 de enero de 2010
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